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El
programa de Comunicación y Relaciones Corporativas de la Universidad
de Medellín, con su segunda Re-acreditación busca renovar los estándares de calidad, que con el apoyo de los docentes se desarrollan con responsabilidad y
transparencia los procesos que conducen a la cualificación del programa.
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Los docentes, como un factor importante para lograr la re-acreditación, ya que la calidad de un programa académico
se reconoce en el nivel y calidad de sus profesores, que hacen de su tarea un
ejemplo de vida, tiene que tener en cuenta los principios con que opera el Sistema Nacional de Acreditación, los cuales pueden inspirar la
apreciación de las condiciones iniciales de la institución y la evaluación de
las características de la calidad del programa académico, objeto de análisis.
Los principios desarrollados a continuación se complementan y potencian entre sí en cuanto referentes que sirven de base al juicio sobre la calidad.
- Universalidad: En cualquier tipo de institución, el trabajo académico descansa sobre uno o varios saberes ya sea que se produzcan a través de la investigación, se reproduzcan a través de la docencia o se recreen, contextualicen y difundan a través de múltiples formas.
- Integridad: Es un criterio que hace referencia a la probidad como preocupación constante de una institución y su programa en el cumplimiento de sus tareas. Implica, a su vez, una preocupación por el respeto por los valores y referentes universales que configuran el ethos académico y por el acatamiento de los valores universalmente aceptados como inspiradores del servicio educativo del nivel superior.
- Equidad: Expresa de manera directa el sentido de la justicia con que se opera; hacia dentro de la institución, que se desprenden de la naturaleza de bien público que tiene la educación, por ejemplo, la no discriminación en todos los órdenes, el reconocimiento de las diferencias y la aceptación de las diversas culturas y de sus múltiples manifestaciones.
- Idoneidad: Es la capacidad que tienen la institución y su programa de cumplir a cabalidad con las tareas específicas que se desprenden de la misión, de sus propósitos y de su naturaleza, todo ello articulado coherentemente en el proyecto institucional.
- Responsabilidad: Es la capacidad existente en la institución y su programa para reconocer y afrontar las consecuencias que se derivan de sus acciones.
- Coherencia: Es el grado de correspondencia entre las partes de la institución y entre éstas y la institución como un todo. Es también la adecuación de las políticas y de los medios de que se dispone, a los propósitos. Asimismo, alude al grado de correlación existente entre lo que la institución y el programa dicen que son y lo que efectivamente realizan.
- Transparencia: Es la capacidad de la institución y su programa para explicitar, sin subterfugio alguno, sus condiciones internas de operación y los resultados de ella. La transparencia es hija de la probidad y es, a su vez, uno de sus ingredientes fundamentales. Se expresa en rendición de cuentas a sus interesados y a la sociedad en el ámbito de su influencia.
- Pertinencia: Es la capacidad de la institución y su programa para responder a necesidades del medio. Necesidades a las que la institución o el programa no responden de manera pasiva, sino proactiva.
- Eficacia: Es el grado de correspondencia entre los propósitos formulados y los logros obtenidos por la institución y su programa.
- Eficiencia: Es la medida de cuán adecuada es la utilización de los medios de que disponen la institución y su programa para el logro de sus propósitos.
- Sostenibilidad: Es la manera como el programa y la institución mantienen en el transcurso del tiempo actividades y acciones encaminadas a que se cumplan las metas y los objetivos trazados para cada programa, lo que debe hacer parte del plan de desarrollo de la institución.
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